BLOGATELAS

Weblog, fotolog y podcast de Pablo Moro. O lo que es lo mismo, donde pongo mis "blogatelas"

lunes, enero 23, 2012

Goodbye, Etta.

Llega un momento en la vida en que uno mira su colección de libros y discos y cambia la percepción que tenía de ella. Hasta ese momento, ese montón de plástico y papel (y vinilo, y algunos materiales más que desconozco) deja de ser un tesoro para convertirse en una herencia. Alguno podrá pensar que un concepto no está reñido con el otro, pero el matiz de la pertenencia provoca un cambio fundamental. Durante años, mimas toda esa música y esa literatura con el cariño de un anticuario, convencido de que su valor es incalculable, como miles de doblones de oro rescatados de un antiguo galeón español hundido en el Caribe. Es, si se me permite la exageración, una manera de estar en el mundo, el enlace entre el sueño y la realidad, la unión de lo inmaterial y lo concreto. La única cosa, en fin, que merece la pena ser poseída. Y es tuya.
Pero un día el destino decide que un nuevo habitante del planeta lleve tu apellido y es inevitable mirar hacia las estanterías con la nostalgia y el orgullo de un jubilado en su último día de trabajo, tratando de dejar todo ordenado para su sucesor, aún dueño del jardín de recuerdos que le rodean. Es entonces cuando toda esa maraña desordenada de música y textos, sin la que uno no entendería su propia existencia, pasa a convertirse en un legado, en la herencia palpable del aprendizaje sentimental, en lo único que vale la pena de aquello, que, en este caso, un padre puede ofrecerle a su hija. Así, esa colección es ya, maravillosamente suya. De ella.
No hay nada más subjetivo que el valor. Cada uno lo atribuye según su propio entendimiento, sus gustos o su visión de la vida. Pero, a veces, la realidad nos demuestra que existen cosas necesarias, importantes; nos hace ver que no estábamos equivocados. Al menos no siempre, ni en todo. A los pocos días de nacer, tras las cuarentayocho horas reglamentarias en el hospital, mi hija conoció la que será su casa por tiempo indefinido. Y, tras haberse presentado en el mundo como una niña tranquila, de poco llanto, comenzó a llorar casi al tiempo que cruzábamos el umbral. Y lloró durante tres días y tres noches seguidas. Sabríamos más tarde que ese cambio de humor estaba relacionado con una “pequeña negligencia médica” (lo pongo entre comillas porque acepto nuestra parte de culpa de padres primerizos) que, una vez subsanada, dejó paso nuevamente a su verdadero carácter tranquilo. El caso es que en uno de esos momentos de lágrimas inconsolables, con el ánimo a punto de quebrarse y la indefinible fuerza del amor, su madre la estrechó en los brazos y puso un disco, diría que al azar, agarrándose a un pequeño hilo de esperanza. Un hilo que se convirtió, de manera mágica, en el cable por el que caminó, como un funambulista, desde alguna ventana abierta en nuestro interior hasta el balconcito del alma donde la pequeña irá guardando sus victorias, el enorme grado de importancia que la música tiene en nuestras vidas. O eso quisimos creer, al ver cómo, despacio, la niña se iba quedando en silencio mientras escuchaba la analgésica voz de Etta James cantando Anything to say you're mine. Como digo, a veces, uno encuentra cosas objetivamente valiosas.
Mis amigos se ríen de mí porque creo recordar algunos episodios que ocurrieron cuando, se supone, yo aún no podía almacenarlos en mi cerebro. Parece que es imposible que yo tenga la imagen de mis hermanos viendo en televisión a Mazinger Z, aunque pueda jurar que es así, pues nadie conserva recuerdos de una edad tan temprana, y la explicación más factible para esas luces de mi cabeza tiene que ver con la imaginación. Pero yo sé que no es así. En mi familia saben que tengo buena memoria, que siempre la he tenido. Quizá, visto que no todo el mundo puede hacerlo, me haya sido concedido un don que (y aquí llega a lo que iba), por designios de la genética, también mi hija posea, siendo así capaz de retener imágenes y sonidos desde sus primeros días de vida (mis recuerdos comienzan con un año, pero tal vez este superpoder mejore con la especie). De manera que si cuando crezca, es capaz de verse, años atrás, bailando sin querer todas las canciones de At last! quizá piense en sus padres un poquito y decida echarle un vistazo a toda esa música de viejos y ese montón de aburridos libros de letra pequeña. O lo lleve haciendo cada día de su vida y haya encontrado, al menos, una respuesta o mil preguntas. No me juzguéis: ya sé que si no lo hace encontrará su camino y será una mujer estupenda igualmente. Tan estupenda que sabrá que, aunque no nos gusten, hay cosas que forman parte, irremediablemente, de lo que somos.

martes, mayo 10, 2011

Efemérides

El pote asturiano es un cocido hecho a base de berzas, patatas, en ocasiones fabes y el llamado compango compuesto por productos del cerdo como chorizo, tocino, jamón o morcilla. Siempre que estoy deshaciendo ésta última para mezclarla con el resto de ingredientes recuerdo aquellos versos demoledoramente simpáticos del poeta Ángel González, también de aquí: Nada es lo mismo, nada / permanece. / Menos / la Historia y la morcilla de mi tierra: / se hacen las dos con sangre, se repiten. Tuve la suerte de tener una profesora de historia que insistía en explicar cada lección a partir del movimiento cíclico de los acontecimientos. De esa manera consiguió crear en mí, además de una certeza incontestable, un amargo desasosiego por pertenecer a una de las especies más estúpidas del planeta. Hace 25 años que en Chernóbil no crecen berzas ni patatas. Cerdos hay por todas partes.

Publicado en el Diario de Almería el 27 de abril de 2011.

Saber ganar

Los niños, en su infinita inocencia, siempre han sido los mejores poniendo en práctica uno de esos rasgos del ser humano que lo diferencian del resto de seres vivos: la capacidad para burlarse del prójimo. Algunos de los casos más sangrantes se han dado en las competiciones deportivas de los patios, hasta el punto de aparecer, como antítesis a la rotunda sentencia “hay que saber perder”, la resignada, rabiosa y, aparentemente sensata, “también hay que saber ganar”. Como esos niños nacen, crecen y se reproducen, la cosa se convierte, ya de adultos, en una característica difícil de evitar y la sabiduría que dan los años no hace más que convencer al burlón de que la dignidad del burlado es una pose ante la evidencia de su miserable derrota. Lo bueno de que la vida sea como un péndulo es que todos podemos ser uno u otro según la ocasión. Aunque ganen siempre los mismos.

Publicado en el Diario de Almería el 13 de abril de 2011.

miércoles, abril 06, 2011

Blanco nuclear

Las noticias relacionadas con la central de Fukushima (nombre que ya he aprendido a escribir sin necesidad de consulta) se suceden a diario en sentido pendular. Cuando la fecha es par, la situación parece controlada y en los nones el plutonio campa a sus anchas. Esa falta de determinación ha hecho del tema una opción menor en las charlas populares, porque a los ciudadanos lo tibio nos deja un poco idem. Aún así no han sido pocas las veces en que me han preguntado mi opinión sobre la fisión del átomo (¿o es fusión?). Como no soy tertuliano respondo sinceramente que no tengo una formada. Algunos se lo toman bien, prudentes como yo, en su ignorancia. Otros, con mayor conocimiento, me hacen valorar los pros y contras de una energía peligrosa pero económicamente insustituible. Y hay quienes se indignan ecológicamente y me envían poemas de amor desde sus móviles y sus portátiles.

Publicado en el Diario de Almería el 30 de Marzo de 2011.

Tragicomedia

Es un tópico del mundo del entretenimiento decir que la comedia es mucho más difícil que el drama, porque hacer reir requiere de un talento fino y especial que no precisan la angustia y el dolor. Quizá por eso los medios de comunicación, cada vez más inclinados hacia el espectáculo, llenan sus sumarios cada día de graves titulares, evitando el esfuerzo de buscar en la actualidad motivos de alegría, hasta el punto de hacer calar en el pensamiento popular ideas del tipo “si no hay noticias, buenas noticias”. Los guionistas de la realidad se encargan de avivar el fuego de la guerra cuando quedan pocas brasas del apocalipsis nuclear o de activar la alerta de pandemia cuando la ceniza de un volcán se posa. Tal vez seamos el público quienes demandamos esa información en todas partes. Por el consuelo del mal de muchos o por miedo a que el fin del mundo nos pille haciendo zapping.

Publicado en el Diario de Almería el 23 de Marzo de 2011.

La periodista y el sátrapa

El punto de vista que uno tiene sobre las cosas del mundo viene determinado inevitablemente por la educación que haya recibido, pero también por la capacidad de análisis y conocimiento que haya adquirido y la percepción sensorial que tenga sobre un asunto concreto. Por eso cuando uno vive en la parte del mundo en que está permitido pensar (de momento) y procura hacerlo a menudo, sabe que el maniqueísmo es una tremenda estupidez y que, a veces, aunque los ángeles nos enseñen la historia desde un punto de vista hermoso, el diablo lleva cierta razón en lo que dice. Y digo sólo “cierta razón”, que no quita para que efectivamente siga desprendiendo un pestilente olor a azufre por donde pasa. El término medio es, a menudo, el lugar más inteligente donde uno puede situarse respecto a algunas cosas, en estos tiempos raros en que, para los necios, el mundo no es más que un pañuelo.

Publicado en el Diario de Almería el 16 de Marzo de 2011.

miércoles, marzo 09, 2011

Día de la mujer mundial

Le faltan fechas al calendario para albergar la ingente cantidad de “días mundiales” que se celebran, en los últimos años, por un montón de causas variopintas. Siempre me había dado la impresión de que debido a esa proliferación, su sentido de recordatorio o llamada de atención sobre graves problemas a solucionar se difuminaba un poco y que su existencia empezaba a ser irrelevante y casi innecesaria. Hasta ayer. La celebración del Día Internacional de la Mujer cumplía cien años y, en la radio, tras dar cuenta de todas las movilizaciones que se llevarían a cabo por tal motivo, se anunciaba un centro comercial mediante el diálogo de dos madres que alababan que el lugar contara con guardería donde poder dejar a sus niños y así ellas dedicarse, libremente, a hacer sus compras y “cotillear un poco (risas)”. Habrá quien me llame exagerado. Cuidado. Esos son los peores.

Publicado en el Diario de Almería el 9 de Marzo de 2011.

110 a grande

Según las asociaciones de conductores, la medida de establecer en 110 kms/h la velocidad máxima en autopista no supondrá la reducción de consumo de energía que se podría esperar. La verdadera solución para conseguir rebajar ese gasto vendría dada, apuntan, por una mejora en la conducción, haciéndola más eficiente y más sostenible. Estas afirmaciones son un silogismo claro: si el combustible que gastamos con nuestros vehículos es mucho mayor del que necesitamos y además existe una manera de nivelar esa balanza, es porque no conducimos bien. Pero nadie hace números realmente y pedirle a un conductor que reconozca sus errores es como pedírselo a un jugador de mus. Por eso vivimos en uno de los países con mayor número de muertes por accidente de tráfico y aceptamos que nos gobiernen a base de ideas geniales. Es más fácil controlar a la masa sin escuela. Ni autoescuela.

Publicado en el Diario de Almería el 2 de Marzo de 2011.

lunes, febrero 28, 2011

23-F

En mi familia, como en todas, siempre hemos tenido chistes propios. Me refiero a ese conjunto de chascarrillos e ironías que forman parte del acervo humorístico de mis padres y hermanos y que, a pesar de haberlos oído hasta la saciedad siguen despertando en nosotros la risa y el cariño. Algunos de los primeros puestos en nuestra lista de “grandes éxitos” están recogidos en una cinta de cassette que ya nadie recuerda cómo apareció en casa y que lleva el título de “Manolito Martín y sus chistes del Golpe”, dónde Manolito, con su salero natural, le pegaba un buen repaso al famoso 23-F. Estos días de reportajes y revelaciones me complace que en mi cerebro esa fecha no sea sinónimo de la oscuridad y el drama que podría haber sido y me transporte, en cambio, a momentos de felicidad compartida y dulce nostalgia. El humor es, a veces, la forma más inteligente de desprecio.

Publicado en el Diario de Almería el 24 de Febrero de 2011.

miércoles, febrero 16, 2011

La chispa de la vida

“This American Life” es un programa de radio cuyo sitio web dice haber terminado con uno de los mayores logros del marketing de nuestra era: la fórmula de la Coca-Cola. Parece ser que la página del cuaderno en el que estaba escrita se publicó en 1979 en un periódico americano y que los productos y cantidades relacionados en ese cuaderno son los que se siguen mezclando en la actualidad para obtener el refresco. No sé quién será el primer valiente que pruebe a conseguir unos litros en el laboratorio de su casa. Sólo sé que yo, que siempre he creído que eso de la fórmula era una patraña para vender más botellines, llevo dos días intentando entrar en la página del programa y no he podido. La casualidad de que, justo ahora, esté “cerrada por problemas técnicos” me hace sonreir con el poder de internet y de la llamada publicidad viral. La duda, en cambio, me da miedo.

Publicado en el Diario de Almería el 16 de febrero de 2011.

miércoles, febrero 09, 2011

Salir de aquí

La madrugada del pasado domingo 30 de enero los agentes de la Guardia Civil que vigilan la frontera que separa Ceuta de Marruecos recibieron el aviso de una incidencia dentro de los 8'2 kilómetros que abarca la valla. Las patrullas se dirigieron hacia el lugar indicado convencidos de que se trataría de un rutinario caso más, dentro de los cientos que se producen a diario, en el que alguien habría intentado salvar el obstáculo que separa el infierno del cielo. Pero cuál sería su benemérita sorpresa cuando lo que se toparon fue a un hombre intentando saltar la valla en sentido contrario al habitual. Omar Chuick, natural de Mali, había llegado a Ceuta a bordo de una patera cuatro años atrás. Ante la imposibilidad de cruzar a la península y ninguna perspectiva de futuro estaba decidido a regresar a casa y lo intentaría las veces que fuera necesario. Ojalá lo haya logrado ya.

Publicado en el Diario de Almería el 9 de Febrero de 2011.

miércoles, febrero 02, 2011

Si no le gustan tengo otros

Érase una vez un presidente de los Estados Unidos llamado Jimmy Carter que, debido al descontento popular, exigió a su amigo el Sha de Persia que emprendiera reformas democráticas dentro de su régimen. Su Majestad Imperial se puso a ello con el poco arte con que se ponen los absolutistas a esas cosas y, tras algunos intentos fallidos de cambio de gobierno y la población hirviendo, tuvo que exiliarse. Lo que en principio parecía una buena noticia se convirtió más tarde en la pesadilla del régimen de los Ayatolás, que escudándose en la liberalización del país sustentaron el crecimiento del fundamentalismo islámico. Dicen los profetas que en Egipto se corre el mismo riesgo: el hermoso tiro de la libertad a veces puede salir por la culata y aupar al poder a los radicales. ¡Qué simpática manera de defender unos principios ésta de la precaución!. Ya lo dijo Marx. Groucho.

Publicado en el Diario de Almería el 2 de Febrero de 2011.

miércoles, enero 26, 2011

Confort-mismo

Yo esta semana quería hablar del conformismo. De cómo tendemos tantas veces a aguantar engaños, tropelías o abusos, convencidos (resignados) de que cualquier tipo de cambio será para peor. Quizá sea que la sociedad avanza cada vez más rápido hacia un maniqueísmo absurdo, donde no importa para nada la famosa escala de grises y las cosas son de tal o cual manera y punto. Por eso tomar partido dentro de los límites establecidos se ha convertido en un ejercicio de miedo. El problema aparece cuando ni el blanco ni el negro son capaces de convencernos del todo, cuando uno trata de vivir de manera razonable, analizando cada situación en cada momento concreto, dejando a un lado axiomas, verdades absolutas o pensamientos únicos. Quería hablar, ya digo, del conformismo. Y me encuentro con lo de Alex de la Iglesia: ¡ser coherente!, ¡dimitir!. Qué poca vergüenza. Hay que tener valor.

Publicado en el Diario de Almería el 26 de Enero de 2011.

miércoles, enero 12, 2011

Tregua

Siempre he creído que en el mundo existen dos clases de personas: las que opinan que las palabras (o la palabra) son importantes y las usan cuidando su justo valor y las que recelan de ellas, las miran de reojo y piensan en los hechos como única vía de fe. Aunque creo encontrarme entre los primeros puedo llegar a entender la desconfianza de aquellos a los que las decepciones les han hecho poner la lengua en tierra. Antes, el contrato verbal que dos hombres firmaban dándose la mano valía más, mucho más, que cualquier ley. Ahora las cosas han cambiado tanto que decir “digo” donde se dijo “Diego” no parece causar ningún daño moral y muchos nada remirados lo tienen cómo práctica habitual. Pero la costumbre no cambia la esencia de las cosas y ese deshonor sigue siendo tan indecente como antes. Por eso hoy soy un ciudadano más, autor de esta palabrería harta de sí misma.

Publicado en el Diario de Almería el 12 de Enero de 2011.

miércoles, enero 05, 2011

Real Love

Los más realistas - y quizá los más sensatos, no lo niego - suelen encontrar en las fiestas de Navidad el blanco perfecto para sus irónicas críticas hacia la sociedad de consumo, la apología del derroche o la hipocresía sentimental del resto de los mortales. Les molestan el fariseísmo y los atascos, las colas y el oportunismo, la sinrazón y el ridículo. Supongo que todos ellos están, estos días, escondidos en sus casas, hartos de bacanales, asqueados por la orgía, mientras algunos de sus seres queridos (¡malditos!) se esfuerzan (que sí, que a última hora) en encontrar un presente que les agrade, señor. A uno, que con el paso del tiempo se ha vuelto conformista, le parece hasta un acto de amor más real que cualquier cursilería el tráfico de gente en los comercios: buscar un segundo de ilusión, por pequeño y engañoso que sea, en estos tiempo que corren, se merece por los menos un respeto.

Publicado en el Diario de Almería el 5 de Enero de 2010.