BLOGATELAS

Weblog, fotolog y podcast de Pablo Moro. O lo que es lo mismo, donde pongo mis "blogatelas"

jueves, abril 08, 2010

LP



Estos días he estado enredando con la colección de vinilos de mi hermano y con la mía. He vueto a quedarme impresionado por portadas estupendas, a disfrutar del ruido de los surcos, a tratar el soporte con el mismo mimo que al contenido. No es que sea un nostálgico tremendo ya que escucho música, creo, en todos los formatos posibles: CD, iPod, internet, etc, pero pienso que poner un disco a 33 revoluciones y media sigue teniendo algo de ritual, de misa pagana, de respeto absoluto por eso que llaman música.
Aunque cuando compro un CD sigo unos pasos muy claros (sentarme, abrir el plástico, colocar el disco en el reproductor, sacar el libreto, relajarme y darle al "play") hay algo mucho más orgánico, humano y mágico a la hora de escuchar un disco de vinilo. Hace que la música, al menos aparentemente, se me antoje aún más imprescindible, necesaria, importante. O quizá sólo sea una manera distinta de ver las cosas. O una tontería.

2 Comentarios:

A las 10:20 p. m., Blogger Jessica escribió...

Yo sigo el mismo ritual que tú al comprar un disco. No es una tontería. Yo todavía me emociono al ver vinilos. Hace poco me hice con uno de Bob Dylan ante la mirada burlona de mi novio, que lo considera algo "retro". No sabe el placer de tenerlo en las manos, bajar la aguja y sentarte a escuchar esos clásicos que no guardan tanta magia cuando van en un CD.

Un besito, Pablo!

Muacks!

 
A las 10:59 p. m., Anonymous Guillermo Hoardings escribió...

A mí me parece puro fetichismo: la música es independiente del contenido y el contenido es lo que de verdad me importa. Pero yo también tengo mis perversiones, así que no voy a condenar las de otros ;-)

 

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