Cables Play

Ultimamente me llama mucho la atención cómo algunas marcas (principalmente Durex) han logrado ir introduciendo (con perdón) anillos vibradores, lubricantes y demás artilugios sexuales en un mercado mucho más convencional del que a priori se les tiene asignado a esos cachivaches. Que un artefacto como el Durex Play pueda comprarse en la caja de un supermercado al mismo tiempo que unas pilas, me parece, cuando menos, un gran logro del marketing y la libertad. La misma libertad (y quizá el mismo marketing) que permite que en el kiosko de debajo de nuestra casa tengamos acceso a documentos clasificados de las mentiras secretas de un país, reservadas hasta hoy al espionaje. Pero disponer de cosas a las que antes no teníamos acceso, a veces, no es más que la puerta a un mundo de sorpresas desagradables. Porque hay cosas que no entran bien, por muchos aros o aceites que uno les ponga.

Publicado en El Diario de Almería el 1 de Diciembre de 2010.