Cierre de un bar
Cuando cierra un bar algo cambia inevitablemente. No se trata sólo de la imagen de una calle, ni de un barrio, sino de algo más difícil de explicar. Cuando cierra un bar y se retiran los carteles que lo nombran, y, a veces, pueden verse papeles marrones que ocultan su interior, ya en ruinas, y siempren están las luces apagadas, la vida pasa a ser menos real y el maquillaje de los recuerdos empieza a inventar el pasado. Cuando cierra un bar desaparece el futuro, o al menos el futuro que habíamos imaginado, y es imposible pasar delante de lo que fuera la puerta sin echar un vistazo, sin acordarse de lo que allí dentro hemos vivido. Cuando cierra un bar, si uno se fija detenidamente, se ven marcas de voces en los cristales, risas en el polvo de las paredes, música saliendo de los posos de las cañas y, si predispones tu alma un poquito, verás cómo se mueven aún las sillas e incluso cómo tuercen el gesto los duendes que lo habitan. Cuando cierra un bar la calle se llena de rostros indefensos y desconcertados, sus clientes se reparten por las aceras como simples habitantes, lejos de pertenecer ya a eso tan bonito y tan extraño como es la cuadrilla de la barra. Cuando cierra el bar de abajo uno tiene la sensación de abandonar la casa donde se crió y las ultimas cervezas son cómo los últimos días de escuela: hay que hacer la mudanza, empaquetar los instantes, el mundo está ahí fuera y desde ese momento, no exagero, estamos más solos, tenemos más miedo.
Cuando cierra un bar, se cierra el corazón al menos un latido, y la vida, que seguirá como si nada hubiera pasado, nos da una tregua y se va de vaciones.
Cerró "El Refugio" y, claro, tengo frío.
Un beso a todos los que leyendo esto os hayáis visto reflejados: «Nosotros, pocos; nosotros, pocos felices; nosotros, banda de hermanos».
11 Comentarios:
¿¿¿¿POR QUÉ ME HACES ESTOOOOO???? Pensé que ya no me quedaban lágrimas desde el sábado...
Gracias, gracias. Precioso.
Un besin
Quitar el cartel de la pared fue como quitarse el corazón, juro que me dolía más a mí que al muro... ¿Por qué me apuntaré yo a echar una mano a nadie?
Quizá no soy el más indicado para decirlo, pero pasará una buena temporada hasta que pueda sonreir, siquiera por un momento, pensando en el tema. Haga lo que haga la ciudad.
Sit tibi terra levis.
A mi me pasó algo parecido cuando cerraron una discoteca mítica de Madrid, Jácara. Ese fue el escenario de muchas iniciaciones, de algunas primeras veces, del sabor de los viernes por la tarde cuando tienes quince, dieciséis años. Esa fue también una d elas primeras veces en las que sentí cómo me arrebataban algo que me pertenecía, sin pedir opinión y permiso. Después han sido tantas que casi he perdido la cuenta.
Pero siempre existe una ley de la compensación, ¿eh Pablo?. Vuelve a tocar Siniestro. Espero que te queden vodka y caramelos y que se sigan celebrando conciertos en Viernes, aunque no nos quede ya Refugio.
pd.- el finde del 11 al 13 de abril iré a Oviedo, ¿estarás? Me encantaría compartir un café contigo.
Una especie de orfandad, un tanto distinta.
Y ni si quiera nos dio tiempo a llegar...
Gracias por contarlo. Un besín.
Vaya sensación... es como la pérdida de una amistad; una amistad de esas que dejan huella y que de repente queda extirpada. Es como un funeral sin muerto, pero que duele como tal... Porque son muros y no personas, pero a veces hay muros que significan más que determinadas personas. Es la pérdida de una identidad, menos huellas para seguir el camino y más recuerdos, que un día seguirán estando, pero más difuminados...
El Refugio me trae muy buenos recuerdos, de aquella noche que nos liamos hablando con Fredo y acabamos luego por ahí a las mil, pasé allí la nochevieja del 2007, y aunque últimamente somos más de "Beleño", la buena gente y el buen rollo del "Refugio" siempre formará parte de mí...
La primera frase es brillante.
El resto un poco sobado, ¿no?
¡¡Afinemos esa pluma chico!!
Sin palabras
Por naturaleza nostálgicos.
Siempre hay historias que recordar...
Abrazo que cruja
Puede que cierren bares, discotecas, pero siempre quedará restos de cenizas de lo que ha sido y ya no es, un simple smoking point.
cuando cerraron AQUELLARE aquel bar en mi Mar del Plata natal me di cuenta que mi adolesecencia habia terminado y tenia que mudar mi adultez precoz a otro bar..lo malo es que despues de cruzar el charco todavia lo sigo buscando...
me encanto este articulo ,un besito
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