Llamadas "perdidas"

El mes de mayo, no éste sino así en general, aparte de ser el mes de las flores y las comuniones, se ha convertido esta vez, ahora sí este año, en el mes de las llamadas, llamémoslas, "interesadas". Las compañías de teléfono y los bancos parecen haberse puesto de acuerdo en ofrecer durante estas fechas sus nuevos productos y/o ventajas. Al menos parecen haberlo hecho en relación a mí, porque ya he tenido unas cuantas conversaciones.
La situación suele ser similar en todos los casos: la alarma de llamada de mi teléfono móvil comienza a sonar y en la pantalla aparecen las palabras "número" y "privado". Aprieto la tecla de respuesta y entono un elegante y sonoro "¿sí? ¿dígame?". Una voz temblorosa y fría (y últimamente con acento latinoamericano) comienza a hablar al otro lado:
- Si. "Buscaba" hablar con Don Pablo Moro Palao (que soy yo cuando estoy en pijama).
- Has dado con él- respondo lozano y alegre.
- Si. Le llamo del Departamento de Promociones Acojonantes de la empresa GUAU! (en ocasiones Banca GUAU!) para informarle de un nuevo producto que seguro le va a interesar.
En ese momento ya sé a ciencia cierta que aquello no me va a interesar por tres razones, a saber: Una, el brikindance. Dos, nunca me interesan esas cosas. Por más que me ofrecieran el maná divino a cambio de una firma no lo haría por vagancia. Es la peor enfermedad del mundo y yo la padezco. Tres: es difícil interrumpirles en su parlamento cuando han cogido carrerilla.
Así que mientras hablan tengo tiempo a morderme un poquito las uñas, mirar por la ventana y...poco más. El primer golpe de aire se les termina y aprovecho ese silencio para responder amablemente que no estoy interesado. Normalmente la respuesta es corta y distraída pues supongo que mientras me dan las gracias y me dicen adiós ya están mirando el siguiente nombre de la lista. Otras veces me dan ganas de rectificar e interesarme por eso que me ofrecen al escuchar la voz dolida de mi interlocutor, dándome las gracias también, pero angustiado por no haber conseguido explicarme las bondades de su "cosa". Quiero decir su "movida"...ch...su "rollo"...ch...ya me entendéis.
Pero ahí acaba todo. Yo pienso "vaya, otro más". Supongo que ellos pensarán "otro menos".
El caso es que hace un rato he recibido una de esas llamadas. Los pasos han sido los mismos que acabamos de explorar pero el resultado final ha sido bien diferente. Y no porque haya comprado nada, no. Ha sido todo más sutil.
El producto que se me ofrecía en este caso era una especie de seguro de vida. El emisor nunca utilizó esas palabras en su mensaje pero yo lo entendí así mientras me quitaba un padrastro. Él me dió más detalles: no sé qué de si en un país extranjero me pasará no se qué, o que si me muero mi familia rebiría no sé cuanto, o que si tengo un infarto de miocardio (lo dijo así, "de miocardio", el nombre completo. Me hizo gracia) le darían muchas cosas y buenas a alguien que yo quiera y así.
La llamada de por sí ya era diferente. Lo mismo pero no igual. Un fondo distinto. Ese producto no suele estar presente en esas promociones, al menos en mi caso. Incluso en el fondo me pareció un poco de mal gusto. ¿Es lógico llamar a un tío de 28años para ofrecerle un seguro de vida?. Bueno, está bien, ¿un "lo que sea" de recibir pasta si me pasa algo que no quiero que me pase?. Ya sé que se puede decir que al llamar nadie comprueba tus datos personales, pero imagino que al sacar ese producto se ha pensado en un tipo de consumidor, en un "target" que dicen los ingleses y alguien podría haberse preocupado en hacer una lista de los que entren dentro de ese margen. Para cosas más tontas dan más el coñazo. Creo yo. En fín, quizá hoy estaba un poco susceptible, pero no me gustó.
Así, que al acostumbrado "no estoy interesado, gracias" añadí un socarrón "apenas tengo 30 años y espero que de momento no me ocurra nada de eso". Yo ya esperaba el agradecimiento y la despedida, apenada o no, de mi, a estas alturas, amigo, cuando sorprendentemente, se envalentonó y cambió el guión de todas las llamadas previas continuando la conversación.
- Si. Nadie espera tener un infarto de miocardio (volvió a decirlo así, "de miocardio", ¡el nombre completo!. Me hizo aún más gracia). Pero es posible que eso ocurra.
- De todas formas espero que no sea pronto. No estoy interesado en eso que me has dicho que me iba a interesar (porque lo había dicho). Gracias.
- Muy bien- respondió amenazante, haciendo presagiar que sus próximas palabras serían "tú lo has querido", y con el poder divino que le había sido otorgado haría que, nada más colgar el teléfono, el brazo comenzara a dolerme y ese dolor terminara deteniendo mi corazón. Pero acabó por resignarse y despedirse.
Esa idea del posible poder divino de aquel tipo me rondaba la cabeza y he pensado si será así como llegan esas cosas, con una llamada inocente en un momento dado. Si la parca guarda su número en el móvil como "número privado". La verdad es que me "he cagado un poco" y he escrito este tostón.

P.D. No os enfadéis conmigo si alguno trabajáis en ese campo. Les tengo mucho cariño a esos granujas!.