Ya comí, ya fumé, ya tomé el café...

Ayer fue uno de los días más largos de mi vida. Y no me refiero a que lo pasara mal precisamente, más bien todo lo contrario. Tras un viaje menos duro que en la anterior ocasión llegamos de nuevo a Ezeiza. Tanto tiempo queriendo visitar Buenos Aires y en menos de tres meses hago mi segunda visita. En el aeropuerto nos esperaba nuestro "José Peinado" particular (algún día os contaré esa historia) con un cartelito que rezaba "PABLO MORO". Siempre quise tener un recibimiento de ese estilo.
Estamos alojados en el Hotel Republicca, justo delante del obelisco, en la tremenda avenida 9 de julio. De allí salimos nada más llegar a recorrer Corrientes y a que los chicos probasen las deliciosas pizzas de Güerrin, un lugar muy conocido en la ciudad. Y luego un buen paseo por la Diagonal Norte hasta Plaza de Mayo, avenida de Mayo y unas Quilmes en el Tortoni. Ya sé que somos el colmo del turisteo pero creo que para ser el primer día no está mal. Más tarde seguiríamos recorriendo la capital federal hasta acabar jugando al "pull" en La Puerta Roja y hablando de por qué AC/DC son la mayor banda de rock de toda la puta vida.
Es hermoso estar aquí de nuevo, con Alvaro y Willy que vienen por primera vez, con la gris primavera mojando las veredas, sentirse como en casa en el otro extremo del mundo...míralos ahí: un baterista de Vallobas, un violista del Cristo, un manager de Venta y un servidor, guardian del honor de Pumarín, hoy en la Vega...mírailos ahí, conquistando paso a paso Buenos Aires...