Cuervo ingenuo

Sin embargo, a Javier Krahe no parece preocuparle el dinero(...) Sabe lo que tiene, y es de los que en algún momento cuenta cuánto le han costado las tres últimas camisas que se compró - en rebajas- o lo que le queda en la cuenta, y no es nada disparatado. En general el disparate no va con él. Come fuera de su casa a diario, menús de 12 euros, o de nueve, llegado el caso. Sus escasos caprichos no son caros. Pero vive muy bien: Tiene una bonita casa. Nunca trabaja en verano. Es socio de su propia discográfica. Viaja por placer. Tiene tiempo para leer y para disfrutar de su familia. No madruga. Escribe canciones. Y recorre media España cada año con sus músicos, que además son sus amigos, para tocar en garitos, dónde de vez en cuando algún aficionado le regala, por ejemplo, una bandeja de croquetas.

Extraído de JK: Charlas con un vago burlón.

Algo así debe ser la felicidad...