Lo que dura un fin de semana

El fin de semana empezaba a ponerse "cuesta arriba" después de una fabada y una entrevista. Mientras pensaba en solucionar ciertos problemas también pensaba (porque yo puedo hacer eso, pensar dos cosas a la vez) que sería muy "punki" echar una firmita en la "lechera" de los populares que seguían pidiendo lo de siempre. Pero no firmé. Después me fuí encontrando con amigos y acabamos como teníamos que acabar: haciendo méritos para sentir vergüenza al día siguiente. Y la sentimos.
Al menos yo, que siempre me arrepiento de casi todo. Después vinieron el pernambucano, los chavales de Turón y Lena y una buena "crew" a aliviarme un poco el alma, a derribar fronteras. Ayer ya me dió por pensar en Barcelona.
Y pensé en un repertorio y me puse un poco nervioso y me dormí, como casi todos los domingos, escuchando La Rosa de los Vientos.
El resto, como siempre, es este cigarro que apago, la canción Joe de Sidonie, reir un poco.