Infiltrados en Babel
Que los Oscars de este año estaban "cantados" es una afirmación que nadie se atreve a rebatir con firmeza: Helen Mirren era la "reina" desde que salió la película; Forest Whitaker estaba en todas las quinielas; Scorsese era una de esas deudas que había que pagar; Penélope iba a ser la más guapa a pesar de cremalleras de marketing, por la gloria de Peeedro. No estaba tan claro que la mejor película fuera "Infiltrados", con la competencia de la forzada "Babel" y el buen rollito de la academia con "Pequeña Miss Sunshine", pero se lo llevó y bueno, vale, de acuerdo.
En España, que somos muy así, como ya sabíamos que la española Pe no se lo llevaba nos pusimos del lado de "El laberinto del Fauno", que competía por México, porque al fin y al cabo había españoles candidatos a la estatuilla y el presupuesto era cosa de Telecinco, cadena española cuyo máximo mandatario es italiano. Nos pusimos, en fin, del lado del "ganador". Y ahí quería yo llegar.
Porque este año había más españoles en la alfombra roja. Borja Cobeaga y Javier Fesser competían, optaban, al premio en la categoría de mejor corto de ficción, como en su día lo hicieran Juan Carlos Fresnadillo o Nacho Vigalondo. Durante los días anteriores a la ceremonia, en todo medio de comunicación que se preciara, aparecían noticias relacionadas con el tio Oscar: que sí las quinielas, que si estudiantes llevando las estatuillas, que si no irá Fulanito, que si lo verá tanta gente, etc. Nos ofrecían, además, conexiones y entrevistas con y en Los Ángeles, con y sobre nuestra representación, incluidos Cobeaga y Fesser, que se sentían muy bien y muy contentos y claro, qué van a decir.
Yo me desperté en Madrid el lunes y quise enterarme del palmarés. Un pequeño Sanedrín ¿improvisado? reconocía la labor de Scorsese como si de un premio honorífico se tratara y el Fauno no ganó lo ¿importante? pero sacó tajada. Y así lo que ya sabéis.
Lo que me resultó curioso es que pronto tuve conocimiento de estos premios, de la cremallera de Penélope, de que la gala había sido un coñazo, de que Helen Mirren había perdido un pendiente, de que Meryl Streep iba despeinada, de que a Jennifer Hudson casi se le sale una teta y de que Hugh Jackman y la Cruz hacían muy buena pareja en el escenario. Pero tardé, tardé mucho tiempo (aunque ya lo imaginaba) en saber si Fesser o Cobeaga se habían llevado el premio. Y no fue fácil enterarse. Tuve que estar atento a un pequeño comentario en una cadena de televisión. Dos segundos entre tanto glamour. Y lo supe porque alguna modelo de la alfombra llevaba un vestido diseñado por el mismo tipo que había diseñado el vestido de Maribí Bilbao, protagonista del corto de Cobeaga. Y claro, había que explicar que hacía allí Maribí (protagonista del corto de Borja).
En fin, la historia de nuestras vidas marcada por la atención al éxito y el rechazo al fracaso, por el "postureo" y la hipocresía, por nuestro complejo de inferioridad, por que cuando se trata de estas cosas de americanos, permitidme el titular fácil, somos "infiltrados en babel". Vale.
2 Comentarios:
Chapeau, Moruno
Uy, pero creo que a poca gente le ha dado por pensar... que los bonitos y caros modelos de alta costura que lleva nuestra Pe, no tienen cremallera..., que todas las grandes actrices que se pasean por esa alfombra roja van tan despeinadas que hasta el último pelo va cuidadosamente colocado del lugar en el que pasará toda la noche gracias a unos cuantos botes de laca... y que esa teta que amenaza con salir de "su sitio", no saldrá a menos que sea un buen recurso publicitario.
¡Viva la manipulación de los medios que absorve la atención hacia lo menos importante, pero sí lo más sabroso!.
Un beso :).
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