Bibi, Daddy, Peich, Kike, yo...y otras chicas del montón

El inicio en Bilbo, el Txiki en Donosti con posters de los Poison, el tráfico y las obras de Zaragoza, la rambla de Barna, las lunas rotas, la fiesta de los guiris en el hotel, la avinguda del mestre Montaner, las vocales en las canciones de Serrat, los pilotos incomprensibles de los coches, Jaime y el Rus y los caramelos de cabrales, los adoquines del Pilar y Covadonga, los capítulos de Futurama, El último Vals, las chicas de los medios, los chicos de los medios, el repertorio que nunca tocamos, los amigos en Madrid, Quique en Leganés, las callejuelas de Sevilla y la alameda de Hércules, el pez espada al vino de naranja, los pies en el salpicadero, las cuerdas vocales estranguladas, Silvio, en media hora en recepción, los gin-tonics bien cargados, el wi-fi, la guitarra que no llegaría pero llegó, smoking pints, los caramelos de picota, el menú del día, Fran y Bubby, mis primos, los conejitos suicidas, las presentaciones repetidas, las preguntas repetidas, las respuestas repetidas, los nuevos amigos, Juanjo y Yoli, la lluvia en Alicante, date cuenta de que en Valencia vive un millón de personas, tírala por la ventana, los caminos perdidos, las rutas encontradas, el aeropuerto de Granada, la pizza que no comí, Gloria y el tabaco de liar, los gloriosos despertares, los sobresaltos, las firmas, las fotos, los besos, el porno, la playa de la Concha, las cosas fabulosas, ¿qué opinas de éstos?, todos los caminos llevan a Lleida, Plaza Norte, las risas, los tios simpáticos, querer volver, no querer volver nunca...