Norma Jean blues

A un paso de las dos de la tarde, en algún rincón del mundo que pongamos se llama Madrid recuerdo haber escrito algo sobre Norma Jean. R acaba de salir de la ducha y a E le mando el más grande de los besos, por ser cómo es: irrepetible. Norma, dicen, no murió de sobredosis, o al menos no fue ella la que se sobredosificó. Negligencia médican, dicen. Norma Jean, digo, porque fue la que murió. La otra no, Marilyn digo. Pero eso es algo que saben vuestras mentes y vuestras cintas de video. Quizá también lo sepan vuestras mentiras y vuestros sexos. Pero eso otra historia que yo no sé contar.
Hay una caña esperando, y algo de comer, y el sol grita que se va a quedar a dormir y Junio es el mes de los planes. Terminados dos meses de gira (gracias Álvaro y demás, gracias por hacerme tanto bien) comenzamos un nuevo capítulo, esperemos largo y productivo, si queréis, si sirve para algo. Ojalá. De momento un poco de descanso, canciones porque sí, que para eso están, y un gran abrazo a todos los que seguís con los ojos estas letras justo hasta aquí el punto final, al que esta vez sí siguen (por mucho tiempo) dos puntos suspensivos...