Era inevitable...

...acabar hablando de este tio. Para los que no lo conozcáis (cosa que dice mucho a vuestro favor) se llama Hristo Mejide y es una de las innovaciones de OT (Ostia Tío, Otra Tabarra) como miembro, en este caso viril, del jurado.
Después de las tres primeras lineas sé que tengo varias cosas que explicar. A saber:
1º- Sí, la respuesta es definitivamente sí. Veo OT. De vez en cuando sólo señoría, pero es que soy un adicto a la televisión. Me gusta. La tele digo. Lo veo. Si.
2º- ¿Por qué voy a hablar de Hristo?. Pues en primer lugar porque no creía que existiera nadie con ese nombre que no llevara detrás un Stoickov(¿?) y además hablara castellano de Valladolid; en segundo lugar porque es lo más interesante que ha dado el programa después de la primera gala de la primera edición; y en tercer lugar porque si, que siempre es la razón más convincente y demoledora.
Mejide ya es llamativo desde su imagen: gafas estilo Marion Cobretti con degradación de color y graduadas; peinado sota de bastos en Miami; gesto serio, mirada altiva, arrogancia barrial. Un chulo de putas, vamos.
Pero lo más interesante del personaje no es su aspecto, sino sus comentarios y críticas feroces acerca del ¿trabajo? de los candorosos chicos de la academia adictos a esa droga malvada que acabará con sus carreras y sus vidas y la vida de sus familias y las carreras de sus familia que es el tabaco. La droga digo. Críticas a los concursantes y (mi debilidad) críticas al "claustro de profesores" (glup) que se han convertido ya en una fabulosa polémica televisiva entre nuestro héroe y Kike Santander, ese hombre.
Para los que no lo hayáis visto nunca, vedlo: entenderéis mejor por qué Hristo ya es imitado incluso en Buenafuente. No hace falta que sufráis la gala entera. Podéis calcular el momento de interveción del jurado y allí veréis a la bestia en estado puro, en una estrategia que Gestmusic está sabiendo aprovechar muy bien.
Me apuntaré además el punto de decir que yo ya le conocía. Hace tiempo Antena 3 creó un programa en el que inventores anónimos presentaban sus ideas y optaban así a algún premio que no recuerdo. Allí ya había un jurado. Allí Mejide ya hizo de las suyas.
Así podría entenderse que este "creativo publicitario" (así lo presenta Jesús Vazquez) desprende simpatía en los que ya llevábamos tiempo esperando que alguien "diera caña" al formato. Lo malo es que en lo fácil radica el error. Ser Hristo Mejide es sencillo. Si no hay enemigo no hay batalla. Lo jodido, lo admirable, hubiera sido negarse a ser cómplice de la farsa.

Algunas perlas de nuestro amigo.