¿O sí?
En los días de descanso de estas fiestas "tan señaladas" he pensado. Son éstos días que no parecen existir o, mejor dicho, no importar, fechas perdidas entre las fechas más importantes, los que nos ofrecen momentos distendidos para no hacer nada, quiero decir pensar. Y he pensado en la mentira.
Somos los seres humanos quizá la única especie capaz de mentir, de no seguir conscientemente nuestros propios instintos en beneficio de otro fin distinto al señalado por nuestro destino. Los animales se muestran siempre como son: si tienen hambre buscan comida; si quieren cagar cagan; si tienen miedo huyen; si buscan cariño se acercan. Su mundo real es real. En cambio nosotros (y cuando digo "nosotros" hablo de tí y de mí) somos capaces de buscar formas alternativas, a veces opuestas, de decir o hacer las cosas. Y a eso lo llamamos mentira.
De manera que ésta, siempre etiquetada como un defecto y nunca como una virtud, puede llegar a ser necesaria. Me explico: nuestros actos y nuestras palabras tienen consecuencias que no siempre podemos adivinar, pero sí intuir. Y esas consecuencias pueden producir un mal mayor a pesar de ser causadas por una verdad. O quizá precisamente por eso.
Así que las mujeres y los hombres podemos utilizar nuestra característica principal como especie, comunmente llamada inteligencia, para no mostrar las cosas tal y como son con el fin de evitar males mayores. Podemos crear mundos paralelos donde ensayar ciertos aspectos que luego trasladaremos a nuestro "mundo real". En consecuencia, mentir no siempre es malo. ¿O sí?.
1 Comentarios:
"Yo invento, quiero decir, aspiro a inventar la verdad, y para ello no conozco mejor método que contar mentiras", dice Xuan Bello.
La verdad, muchas veces, no es más que un punto de vista y ocultarla no siempre es mentir, ¿no?
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