La tercera España
Ayer por la tarde asistí en el Club de prensa del periódico La Nueva España a la presentación del último libro de mi admirado Pepe Colubi, "Diario disperso", una recopilación de artículos publicados en su día en el citado tabloide. Aún no he podido ni hojear ni ojear el libro, pero como soy fiel seguidor (y yo, como la española, cuando sigo, sigo de verdad) estoy casi seguro de haberme leído gran parte de los textos que lo integran, así que no miento ni me traiciono si digo que se trata de lectura obligatoria.
Recuerdo que una vez, en un concierto en la Santa Sebe de no recuerdo quién, alguien me hizo un listado de características que hacían de un concierto un buen concierto. Fue una de ellas la que me hizo realmente reflexionar: "un concierto es bueno si tú, espectador, quieres ser el tio que está subido al escenario". Dudé bastante sobre esa afirmación, pero tras largas y aburridas conversaciones conmigo mismo no pude estar más de acuerdo.
Esto me lleva a pensar que la admiración, o mejor dicho "mi admiración", es en cierto modo identificación, y digo más, "simbiosis", a pesar de lo prostituido de la palabreja.
Porque hay canciones, frases, películas, libros que a mí me gustaría haber compuesto, dicho, filmado, escrito, no como yo mismo (que también) sino como la persona que las ha hecho, metiéndome en su vida, siendo, por momentos, él (o ella, disculpen).
Sé que para algunos esto no es más que una falta de personalidad alarmante. Para mí se trata de aceptar el juego más divertido que esta vida de infortunios puede proponernos: vivir las vidas de otros, ser "el otro" de algún modo. Yo, que odio el carnaval.
Por eso a veces, casi siempre que le leo o le escucho, encuentro un momento en que quisiera ser Pepe Colubi y pertenecer, en palabras de Alfredo Díaz, que ayer presentaba "Diario disperso", a la tercera España: la inteligente.
4 Comentarios:
Como a mi me pasa con este texto, por ejemplo....
Enhorabuena.
Sí, es esa admiración que también se llama envida sana (por contadictorio que suene).
Y aunque no guste el carnaval, contar historias es sin duda síntoma de querer estar en las vidas de otros. Igual que leer, o que pensar.
Así que es ud, sin duda, ciudadano de esa tercera españa que tanto escasea.
pablo, gracias por la desmedida generosidad de tus elogios; yo también podría decir muchas cosas sobre tí, pero ya sabes lo que nos aconsejó el Señor Lobo en Pulp Fiction respecto a las mutuas alabanzas...
salud!
Nadie mejor q sabina para resumir lo q siento"sale gratis soñar y no creo en la reencarnacion , partire d viaje enseguida a vivir otras vidas a probar otros nombres a colarme en el traje y la piel de todos los hombres que nunca sere" Yo por poner un ejemplo un poco mas personal considero q no podria vivir sin musica.Compenso calidad con cantidad.....(canto MAL pero MUCHO)aunq lo hiciera bien en ningun momento mi deseo es ser cantante....solo kiero seguir cantando igual de mal y disfrutando la musica igual de bien que hasta ahora.No es falta de personalidad es asumir las limitaciones de cada uno y seguir disfrutando de lo q nos hace sentir bien.
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